A pesar de los dioses […], seguiré existiendo

    Estábamos hambrientos, tan escuálidos como unos crustáceos. El vaivén del mar nos acurrucaba en su lento y mortecino baile. Nos tomamos de las manos, quitándonos la pena por ser hombres y viejos marineros. Nada podía darnos esperanza aquella infeliz noche, porque era la de nuestra muerte. O la de algunos. El capitán estaba … Continuar leyendo A pesar de los dioses […], seguiré existiendo

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Azul profundo

Siomara, con ojos desorbitados, estaba en el pórtico hablando consigo misma. —Cuándo llegarás mi amor, vida, del todo consuelo mío, mío… Sin respuesta, así siguieron los días, los meses… los años. Pero de tanto hablar a solas, desde su psique creó una voz divina, que todo lo sabía, y todo lo sentía; su máxima era … Continuar leyendo Azul profundo