Siomara, con ojos desorbitados, estaba en el pórtico hablando consigo misma. —Cuándo llegarás mi amor, vida, del todo consuelo mío, mío… Sin respuesta, así siguieron los días, los meses… los años. Pero de tanto hablar a solas, desde su psique creó una voz divina, que todo lo sabía, y todo lo sentía; su máxima era … Continuar leyendo Azul profundo