Escucho los gritos de odio,
las palabras humillantes.
Escupitajos, trozos de mierda
y pedradas en mi cara.
Sentenciada por ser consorte del Demonio,
por fornicar con Él.
El calor se vuelve insoportable,
las llamas lamen mi piel.
Oraciones para guiar a mi alma
al seno del Señor.
Sentenciada por ser consorte del Demonio,
por fornicar con Él.
Las lágrimas se evaporan,
mis pulmones arden.
Un último grito desgarrador,
una maldición que emerge desde lo más profundo de mi ser.
No los maldigo con el poder de las Tinieblas,
sino con mi poder de mujer.
Sentenciada por ser consorte del Demonio,
por fornicar con Él.
Mi búsqueda fue de conocimiento,
el saber de la verdad.
Pero comí del Fruto Prohibido
y ahora pago por ello.
Sentenciada por quebrantar los dogmas de Dios,
por no sobajarme ante Él.
Prefiero ser bruja y morir así
que existir tragándome sus mentiras.
Flágelenme, rompan mis extremidades,
hagan lo que les plazca.
No importa, porque nunca seré consorte
de aquel que realmente me mostró
lo que es el verdadero infierno.
Aún existen muchos pretextos para esos crímenes. Nos falta mucho por aprender y pareciera que no estamos tan cerca de lograrlo. Quisiera poder hacer más desde mi rincón masculino, trato de sensibilizarme y aportar desde ahí, pero no creo que sea suficiente. Gracias por leer y comentar. Un abrazo.
El martillo de las brujas…que tiempos aquellos donde el maligno era pretexto para los feminicidios….besos al vacío desde el vacío
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Aún existen muchos pretextos para esos crímenes. Nos falta mucho por aprender y pareciera que no estamos tan cerca de lograrlo. Quisiera poder hacer más desde mi rincón masculino, trato de sensibilizarme y aportar desde ahí, pero no creo que sea suficiente. Gracias por leer y comentar. Un abrazo.
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