Cantos de guerra convertidos en sollozos
pendones que ondean al viento
música chirriante de acero contra acero
ofrendas de sangre, vísceras y excremento
para el Señor de las moscas
campeones de la desolación
mártires intoxicados
roe huesos danzantes.
¡Victoria!
… Y deshumanización…
Cortejo a los Dioses que arrebatan
y a los Diablos que no mienten
un brindis por los cobardes
un escupitajo para los valientes.
Loado sea el que se arrellana en el trono
larga sea su vida y aún más su avaricia
sentémonos a la mesa
devoremos con glotonería
violemos a las viudas y a las huérfanas
y démosle los despojos a los famélicos perros.
¡Gloria!
¡Inmundicia!
¡Repugnancia!
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Publicado por e.vil
Imaginante y cuentista de la Ciudad de México. Escribo sin saber lo que hago y, a veces, me sale bien.
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Me encanta que usas palabras «poco bellas» y no le quita la delicadeza y el buen ritmo al poema.
Muy bueno 😀
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Puras locuras repugnantes salen de mi sucia cabeza. Jajajaja. Gracias por leer y comentar, amiga.
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Logras evocar precisamente lo mas feo del ser humano y lo más innoble. Buen trabajo Edgar. Saludos.
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Gracias, Ana. Me gustó el resultado final, es muy crudo y brutal.
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Vaya festín jajjajajaja! Al menos, para la mosca. Me ha gustado. Tiene cierta asquerosidad como algunas películas de terror que también lo visualizan. Buen relato. Está muy bien conseguído. 👍
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